jueves, 3 de septiembre de 2009

Los dolores son amores, o cómo las Cs. Políticas...

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Hoy va sin anestesia: pésima nota de opinión publicada en La tribuna de Doctrina (1/9) firmada por el señor Orlando Ferreres.

Flojísima en manejo de conceptos. Usualmente no me metería en estas cosas ya que es una nota de opinión, pero el mismo autor trata de darle un sustento teórico a su preferencia por el bipartidismo y cae en errores groseros.

Gran confusión en cuanto a la diferenciación de esferas de influencia y acción de los partidos políticos en Argentina.

Vamos a empezar con esta última ya que es la que resulta más fácil de exponer. Ferreres intuye que las ideas políticas para la Argentina se dan en el marco del partido político. Parcialmente cierto. Luego interroga sobre si un partido de dimensión municipal, o uno de los más de 500 según Ferreres, puede contener ideas para la Argentina.

Creo que, parte del sentido común poder entender que un partido local solo tiene el interés de aportar ideas (en términos de Ferreres) a su municipio, partido o a la unidad administrativa a la que pertenezca.

Por supuesto que existen partidos “municipales” que postulan lemas como: “la revolución desde Lomas” por ejemplo, pero no son serios. Un partido local propondría cosas como: “colocar cestos de basura en tal o cual zona, etc.”.

Como verán el sesgo es radical.

Ahora lo más jugoso: “Leyendo a Maurice Duverger, en "Factors in a Two-Party and Multiparty System", de Party Politics and Pressure Groups” Ferreres dixit. Un consejo: reléalo, y si con dos veces no le alcanza no se preocupe, pase a Sartori quien ha superado lo que se dice en ese libro.

Otra:
“1. Si se vota por circunscripción, por mayoría en una vuelta, esto conduce a la formación de dos partidos, como es el caso de Estados Unidos y Gran Bretaña.
2. Si el sistema es de representación proporcional (lista sábana), esto conduce a la formación de múltiples partidos (en nuestro caso, 827 partidos).
3. Si se tiene una combinación de 50% de los elegidos por circunscripción, y 50% por representación proporcional (sábana), esto conduce a la formación de pocos partidos, y si hay doble vuelta, este lleva a dos coaliciones de partidos, como el caso de Alemania.”

Primero: las leyes de Duverger nada nos dicen, en principio, sobre circunscripciones, hablan puntualmente del impacto que tienen los sistemas de representación proporcional, mayoría y mayoría simple sobre el sistema de partidos.

El autor de la nota hace referencia al número de partidos, no solo como un problema, sino como un determinante del sistema de partidos y de la realidad argentina.

Siguiendo a Pasquino podemos afirmar que esto no es suficiente y que el número de partidos no nos sirve para determinar el tipo de sistema de partidos. Es importante saber contar los partidos que importan, esto según dos criterios: a) la capacidad de formar parte de las coaliciones de gobierno y la frecuencia con la que han participado en el gobierno; y b) la capacidad de incidir tanto en la formación de las coaliciones de gobierno como en la formulación y la implementación de las políticas de gobierno.

Por último, en mi opinión, el problema no es el número de partidos, el problema está en la cohesión interna de los partidos, los programas, las razones o fines, etc.
Me parece que un multipartidismo expresa mejor la heterogeneidad de la sociedad argentina.

Nunca me gustó demasiado el bipartidismo norteamericano, creo que es asfixiante.

En este blog adherimos a las críticas de Nohlen sobre el determinismo causal de Duverger (también presentadas por el profesor Giovanni Sartori). No podemos encapsular la relación entre sistema de partidos y sistemas electorales en formulas causales difíciles de probar. Esta articulación no puede atribuirse solo a un mecanismo de ingeniería institucional, el rol que juega la sociedad es igual de importante.

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