lunes, 10 de noviembre de 2008

Aquí la antropología negativa de Atilio. Hoy vamos a partir de la hipótesis, casi consolidada en teoría según mi trabajo de campo, de que los hombres son egoístas.
Lamentablemente, por lógicas personales, he comprobado que las tesis libertarias tienen más entrada en las sociedades modernas. La palabra colectivo, comunidad, familia se ven bombardeadas constantemente por ideas como la de hace tu vida, sálvese como pueda o quien pueda. Los profesionales, sin generalizar, apuntan todos sus esfuerzos a la sola meta de poder ascender económicamente o socialmente. No importa el rol que cumplan en la sociedad, no importa sin con lo que hacen pueden ayudar a alguien. Solo interesa el plasma.
No creo que sea negativo querer tener un tele grande, pero si creo que sea negativo no ver mas allá de nuestras narices.
Se que este pensamiento estila conservadurismo, pero considero que si bien no se puede vivir cristalizando las cosas, la preservación de valores como la familia o la vida en comunidad no hacen mal. Si hace mal no pensar en un nosotros. Entiendo que existen muchas personas que se preocupan por hacer algo para la comunidad, pero el problema es que la comunidad no hace nada por si misma.
Las personas prefieren los restaurantes, los viajes internacionales, el auto último modelo antes de sentarse a pensar que es realmente lo importante. Me gusta la idea de Locke sobre el entendimiento básico de los hombres. El juicio sobre un bien o un al presente nunca será erróneo, el hombre evita el mal, el dolor y busca el bien, el placer. El problema esta cuando no consideran los efectos futuros, he aquí cuando el hombre se equivoca. No preocuparse por el mañana me reporta un bien presente ya que ocupo mi tiempo en degustar deliciosos manjares en los restaurantes mas exclusivos (de más está decir que es exclusivo para pelotudos), el problema es que el día de mañana esos sabores no significaran nada ante el vacio de haber equivocado el camino.
Con esto no quiero decir que no podemos dedicarnos a comer, podemos. Pero eso no puede ser nuestra única aspiración en la vida. El turismo no puede ser el analgésico a los problemas que tenemos.
Tengo la impresión de que si todos hiciésemos el esfuerzo de pensar el futuro podríamos esquivar nuestro egoísmo natural y en definitiva todos podríamos gozar de mayores beneficios.

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